Contexto histórico:
Emily Dickinson nació en
tiempos anteriores a la Guerra de Secesión, cuando había fuertes corrientes
ideológicas y políticas que no eran aceptadas en la sociedad de clase
media-alta estadounidense.
Incluso los hogares más ricos no tenían agua caliente y baños dentro de la casa, las tareas del hogar eran una carga muy grande para las mujeres (aunque, por su buena posición económica, la familia Dickinson disponía de una sirvienta irlandesa), por lo que Emily, preocupada por obtener una buena educación, constituía un caso raro para la sociedad rural de la Nueva Inglaterra de su época.
La estricta religión puritana estaba en todas partes, y prácticamente la única expresión artística aceptada era la música del coro de la iglesia. La ortodoxia protestante de 1830 consideraba a las novelas “literatura disipada”; los juegos de naipes y el baile no estaban permitidos; no había conciertos de música clásica y no existía el teatro. La Pascua y la Navidad no se celebraban (al menos hasta 1864, en que se estableció la primera Iglesia Episcopal en Amherst, que introdujo estas costumbres) y no se permitían otras reuniones de mujeres solas que el cotidiano té entre vecinas.
Incluso los hogares más ricos no tenían agua caliente y baños dentro de la casa, las tareas del hogar eran una carga muy grande para las mujeres (aunque, por su buena posición económica, la familia Dickinson disponía de una sirvienta irlandesa), por lo que Emily, preocupada por obtener una buena educación, constituía un caso raro para la sociedad rural de la Nueva Inglaterra de su época.
La estricta religión puritana estaba en todas partes, y prácticamente la única expresión artística aceptada era la música del coro de la iglesia. La ortodoxia protestante de 1830 consideraba a las novelas “literatura disipada”; los juegos de naipes y el baile no estaban permitidos; no había conciertos de música clásica y no existía el teatro. La Pascua y la Navidad no se celebraban (al menos hasta 1864, en que se estableció la primera Iglesia Episcopal en Amherst, que introdujo estas costumbres) y no se permitían otras reuniones de mujeres solas que el cotidiano té entre vecinas.
Cuando Emily era muy pequeña, tenía una forma muy
creativa de escribir versos y muy partilucar. Sus poesías eran muy personales y
solo dejaba que las leyesen algunas personas muy cercanas a ella. Algunas como
la escritora Helen Hunt Jackson o su editor Thomas Niles, intentaron en
numerosas ocasiones que Emily publicara sus obras, pero no tuvieron éxito y no
llegaron a convencerla. Ella se negó en numerosas ocasiones pero acabó cediendo
y Helen consiguió que Emily aceptara publicar un poema en una antología pero lo
hizo de forma ánonima. Los otros cuatro poemas que se publicaron en vida de la
escritora aparecieron en un diario local también bajo el anonimato y
posiblemente sin el consentimiento de la
autora.
Parecía que Emily solo quería tener una vida tranquila, sin importarle el éxito de sus obras, sin querer tener ningún tipo de reconocimiento literario. Desde que abandonara el seminario, la joven vivió en el hogar familiar cuidando de sus padres y llevando una vida normal fuera de su habilidad para escribir. Hasta que algo sucedió en su vida y Emily se recluyó para siempre.
Parecía que Emily solo quería tener una vida tranquila, sin importarle el éxito de sus obras, sin querer tener ningún tipo de reconocimiento literario. Desde que abandonara el seminario, la joven vivió en el hogar familiar cuidando de sus padres y llevando una vida normal fuera de su habilidad para escribir. Hasta que algo sucedió en su vida y Emily se recluyó para siempre.
En 1861, cuando apenas había alcanzado los treinta años,
Emily Dickinson empezó a reducir sus salidas y a limitar las visitas en casa y
a vestir solamente de blanco. Pocos meses después, ya nadie la vio. Su extraño
miedo a los demás y a salir de casa la llevó a encerrarse en su habitación los
últimos quince años de su vida.
Emily fallecía el 15 de mayo de 1886 después de años de
sufrimiento causado por el Mal de Bright, al haber permanecido tanto tiempo
inactiva.
La personalidad de Emily Dickinson continúa siendo hoy en
día sigue un misterio para aquellos que les gustan sus obras. Existen dos
grandes misterios, el primero, no querer publicar nada de lo que escribía y
siempre creyendo que sus versos no eran lo suficientemente buenos para ser
leídos para el público. El segundo, por qué se encerró de por vida en su
habitación sin tener ningún motivo aparentemente.
Poco tiempo después de su muerte, su hermana descubrió en
la habitación en la que había vivido Emily los últimos años unos cuarenta
volúmenes que parecían haber sido encuadernados por la propia escritora.
Aquellas joyas habían escondido en el silencio de sus páginas más de
ochocientos poemas que el mundo pudo leer cuando Emily había muerto. Poemas que
la mayoría eran versos de amor. De un amor secreto que, según algunos
estudiosos, podría haber sido la causa de su extraño aislamiento del mundo.
Dos son los hombres que podrían haber roto el corazón de
la poetisa. Algunos afirman que fue un amor de juventud que su padre prohibió
mientras que otros aseguran que fueron los sentimientos hacia un pastor
protestante casado los que rompieron el corazón de Emily. Los más atrevidos
dicen de una relación más allá de la familiar con su cuñada, Susana Huntington,
una de las pocas personas que tuvo acceso a la obra de Emily en vida.
Pero solamente Emily Dickinson supo la verdad. Lo más
importante fue sus grandes poemas que nos dejó tras su muerte.
Poemas más
conocidos:
Aunque mientras vivía sólo publicó siete poemas, tras su
muerte se encontraron 2.000 más que demuestran el talento y la forma que tenía de
romper esquemas, convirtiéndola como una de las mujeres más importantes de la
literatura. “Porque no pude detenerme ante la muerte” es sin duda su poema más
famoso, una meditación sobre la esperanza y la inmortalidad.
Obras más conocidas:
·
My
life had stood a loaded gun
·
Altivez
·
Coloquio
·
Ensueño
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